Precios en ascenso: no todo es lo que parece

May 14, 2024 | Publicaciones

IBARRA RIMÔN

De acuerdo con un estudio realizado por Eeckhout, Loecker y Unger (The Rise of Market Power and the Macroeconomic Implications), los márgenes de ganancia de los empresarios, esto es, la diferencia entre el precio del producto o servicio final y sus costos de producción, han venido aumentando paulatinamente desde 1980, en las economías más avanzadas del mundo, lo que se traduce en mayores precios para los ciudadanos.

Aunque lo anterior suele atribuirse a una mayor concentración de los mercados, y a la disminución de la competencia (Eeckhout), economistas como Ricardo Marto han manifestado que ello no es necesariamente así, y que el incremento de precios puede ser el resultado de fenómenos diferentes como la creciente demanda de servicios.

En su trabajo “Structural Change and the Rise in Markups” Marto explica que el aumento de los márgenes de ganancia no se debe a una disminución de la competencia, sino a los cambios estructurales que han afectado las economías desarrolladas, como respuesta al incremento de la demanda.

El autor agrega que no existe una relación directa entre la concentración de los mercados y el aumento de los precios, en todos los casos, sino que este suceso puede atribuirse a otros factores, en concreto, el nivel de ingreso de las personas, la productividad de las empresas y la diferencia entre el volumen de servicios y productos que se ofrecen en el mercado.

Marto explica como el aumento paulatino del nivel salarial de los ciudadanos estadounidenses se encuentra relacionado con la creciente demanda de servicios y esta, a su vez, con el alza de los precios en este sector.

Así, en la actualidad las personas han dejado de comprar productos manufacturados para enfocarse, en cambio, en la demanda de servicios como salud, gastronomía y educación, entre otros. De ahí que en Estados Unidos y Europa la mayor cantidad de empresas pertenecen, hoy en día, al sector de los servicios y no al de los bienes manufacturados.

Por ejemplo, la demanda de automóviles discos o CDs y bienes inmuebles se ha trasladado al consumo de vehículos compartidos, servicios de streaming y alquileres, a lo largo y ancho de todo el mundo, y de la mano del boom de la tecnología digital.

Con base en una encuesta realizada a 600 personas de diversas condiciones socioeconómicas en Estados Unidos, Marto concluyó que los consumidores con mayores ingresos son más propensos a adaptarse al incremento de los precios en el sector terciario de la economía, lo que lleva a los oferentes a subir sus precios, sin que ello se deba necesariamente a distorsiones en las condiciones de competencia.
Es el caso de la situación derivada del shock que se produjo cuando, con posterioridad a la pandemia, y como resultado de ella, la demanda de servicios aumentó significativamente a pesar de que los precios se dispararon en todo el mundo, y han alcanzado un nivel que a la fecha no ha experimentado ningún descenso, pues los ingresos de las personas también aumentaron y, con ellos, el deseo de adquirir lo que este sector tiene por ofrecer.

Este fenómeno no es ajeno a Colombia. De hecho, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo manifestó, en su portal, que para el año 2023 el sector servicios en nuestro país habría registrado los mayores crecimientos anuales en ingresos y puestos ocupados, sobre todo para los servicios de cinematografía y televisión (“El sector servicios mantiene su crecimiento en salarios, ingresos y ocupados”), al mismo tiempo que aumentaron los índices de inflación identificados en ese año.