La corrupción nos devora

Nov 10, 2021 | Publicaciones

IBARRA RIMÔN

Gabriel Ibarra

La complacencia es extensiva a los particulares. Comprar mercancías de contrabando, colarse en la fila o encontrar atajos para brincarse la ley son comportamientos cotidianos y ni siquiera merecen repudio y reproche social.

Como se ha visto, los individuos y organizaciones que se lucran con la corrupción son audaces, imaginativos e ingeniosos y casi siempre les llevan la delantera a las autoridades. Así que la lista de tareas es extensa. Se necesitan agencias de lucha contra la corrupción a la altura de los retos. Igualmente es fundamental romper la cadena de complicidades, dádivas y contraprestaciones que envilecen la política, así como la relación del Estado con los particulares, lograr las tantas veces frustradas reformas a la justicia y a los entes de control e involucrar mucho más a la ciudadanía en veedurías y otras formas de control del ejercicio del poder.

Todos tenemos grandes responsabilidades en aras de cambiar el curso de las cosas y de generar una cultura de la ética en las organizaciones y empresas, adoptar y promover programas de cumplimiento y respeto por la ley para que se vuelva común asumir posiciones categóricas ante situaciones que así lo exigen.

Para leer nota completa clic acá