Colombia y la fiebre de las tierras raras

Nov 5, 2025 | Publicaciones

IBARRA RIMÔN

En el tablero geopolítico actual las tierras raras o minerales críticos cobran cada vez más relevancia. Quien controle estos minerales, controlará el futuro de la tecnología, la defensa y la energía.

Las tierras raras son 17 elementos como lantano, cerio y neodimio, esenciales para tecnologías y energía limpia.

Es clave diferenciarlas de los minerales críticos que responden a un concepto más amplio por cuanto incluye, además de las tierras raras, otros elementos estratégicos como el litio, el cobre, el níquel y el cobalto, cuya disponibilidad es esencial para sectores como la tecnología y la energía.

Ambas categorías son esenciales para la transición energética y la revolución digital, y su relevancia trasciende el ámbito industrial, dado que constituyen un insumo clave para alcanzar la autonomía tecnológica.

China cuenta con las mayores reservas de tierras raras y es responsable de la producción de más del 60% y el refinado de cerca del 90% de estos materiales, a nivel mundial, lo que le otorga una posición significativa respecto a Estados Unidos y Europa.

El gobierno chino ha implementado restricciones a la exportación como parte de su política comercial y diplomática.

Europa esta incomoda con la dependencia de la China en el suministro de minerales críticos. Esta vulnerabilidad se agrava porque las recientes tensiones comerciales entre la UE y Washington dejan al viejo continente expuesto a disrupciones en sus cadenas de suministro

La Comisión Europea expidió la Critical Raw Materials Act para fomentar la extracción, procesamiento y reciclaje de minerales críticos en Europa. La meta es reducir riesgos, diversificar el suministro y lograr, que para el 2030, al menos el 10% de estos materiales se extraiga, y el 40% se procese, localmente.

En esta coyuntura, Latinoamérica emerge como un jugador con potencial real en el mercado de tierras raras. Brasil sobresale por sus reservas y producción de elementos como cerio, disprosio y terbio, mientras que Bolivia, Argentina, Chile y Perú tienen reservas de minerales críticos como el litio o el cobre

Colombia no se queda atrás, pues cuenta con importantes yacimientos de minerales críticos y tierras raras. Cerro Matoso en Córdoba produce níquel, y el proyecto Minastyc en Vichada tiene permiso ambiental para extraer neodimio, disprosio, esenciales en tecnologías limpias y aplicaciones militares.

La región cuenta con recursos valiosos, pero debe lidiar con grandes falencias: falta infraestructura, el marco regulatorio es débil y la capacidad tecnológica aún está en desarrollo. Si no se resuelven estos puntos, será difícil que se consolide como proveedor global.

La Critical Raw Materials Act permite que Colombia acceda a financiamiento y apoyo técnico para la extracción, si cumple con estándares europeos de sostenibilidad y transparencia.

Sin embargo, sería preciso evaluar los costos ocultos de cumplir con la regulación como due diligences y licencias (superiores a 27 meses).

Para que Colombia y Latinoamérica puedan aprovechar estas oportunidades, es indispensable que el sector público y privado trabajen de manera coordinada.

Una política de Estado clara, un marco legal estable y predecible y la definición de incentivos adecuados son esenciales para atraer inversión y consolidar a la región como un proveedor confiable en la transición energética y tecnológica global.

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