Gabriel Ibarra
El poder geopolítico que ha consolidado la China en el mundo ha sido motivo de preocupación en la comunidad internacional
El gigante asiático ha venido sacando provecho de las economías de mercado y de la apertura que le ofrece el sistema capitalista para arraigar su poder económico en diversos sectores (P. Ej. energético, tecnológico, inmobiliario) y ha tomado el control de numerosas empresas estratégicas en todas las regiones.
Bien conocidas son las preocupaciones, discusiones y el malestar generado, especialmente en EE.UU. y la UE, por el uso inadecuado de información sensible por parte de grandes empresas chinas, tal como ocurrió con ByteDance, controlante de TikTok, y el envío de información, al gobierno chino, de ciudadanos norteamericanos, que usaban esa aplicación,
Sin embargo, aparte de los regímenes mencionados, la inadvertencia sobre la amenaza que implica la estrategia geopolítica de la China está ampliamente generalizada en todos los demás países y muestra de lo anterior es que ellos no cuentan con ninguna política para contrarrestarla.
Así, en Chile, la fiscalía nacional Económica, (autoridad de la competencia de ese país), aprobó en 2021 la compra de la Compañía General de Electricidad por parte de la empresa china State Grid.
En Colombia, la suscripción, en 2012, del Acuerdo Bilateral para la Promoción y Protección de Inversiones, entre China y Colombia, ha llevado a que la adquisición de empresas colombianas en varios sectores, por parte de empresas chinas, haya ido en crecimiento. De acuerdo con los datos de Procolombia, en los últimos 3 años más de 38 empresas chinas, con una inversión conjunta de más de 2.000 millones USD, han aterrizado en Colombia en proyectos de infraestructura de transporte, retail, energías renovables, minería, software y fondos de inversión.
No existe, en el régimen de competencia colombiano, ninguna norma específica para prevenir y contrarrestar, las distorsiones de la competencia que pueden derivarse del apalancamiento y de los beneficios que confiere, a las empresas ubicadas en el país, su toma de control por parte del Estado Chino.
La situación de extrema vulnerabilidad de los países latinoamericanos, debido a esta inadvertencia, contrasta de manera drástica con el panorama de Estados Unidos país en el que, en 1975, se estableció el Comité de Inversiones Extranjeras, “CFIUS” (por sus siglas en inglés.
En palabras de Daanish Hamid, socio de la firma Rimon Law, el comité “es responsable de revisar ciertas inversiones o adquisiciones extranjeras de empresas estadounidenses para determinar si ellas afectan la seguridad nacional de los EE. UU.” y tiene competencia para intervenir las transacciones, adquisiciones y fusiones, así como para formular medidas de mitigación de riesgos a los inversionistas/compradores e impedir que algunas se lleven a cabo. Varias de estas
Lo anterior está regulado en la Ley de Modernización de la Revisión de Riesgos de Inversión, también conocida como la ley FIRRMA (Foreign Investment Risk Review Modernization Act).
Por su parte, en Europa se encuentra en etapa de consulta el Libro Blanco, que contine disposiciones de defensa comercial, reglas de inversión extranjera y normas antimonopolio que buscan neutralizar y evitar que empresas foráneas, que tengan como accionista sus gobiernos, adquieran empresas de la Unión Europea mediante subsidios o subvenciones otorgados por esos socios. Ese estatuto prevé, entre otras cosas, que esas empresas renuncien a los subsidios e incluso le otorga competencias a la Unión Europea para bloquear transacciones con esas características.
Aunque no se prevé que, en Colombia, a la actual administración le desvele la estrategia de la China, y a pesar de los temas que nos distraen todos los días, es imperativo, por lo menos que tomemos consciencia sobre lo que se nos está viniendo encima, antes de que sea demasiado tarde.